El 27 de noviembre de 1973, durante la Presidencia de Juan Domingo Perón, fue creada la «Dirección de Educación de Adultos», por el Decreto Nro. 4626/73 y dependiente de la Subsecretaría de Educación.
A nivel internacional, el fomento de la educación de personas adultas se promovió tras el fin de la Segunda Guerra Mundial con el impulso dado por la UNESCO. Uno de sus objetivos, en general, era ser un tipo de educación compensatoria, de reingreso de personas adultas al sistema educativo.
En la Argentina, fueron gestadas distintas propuestas educativas para adultas/os (escuelas, centros educativos, bibliotecas populares, centros culturales), promovidas por diversas corrientes políticas ligadas al movimiento obrero.
En los ´60 y ´70 la modalidad recibió influencias de la teoría y práctica de Paulo Freire, se relacionó la educación de adultas/os con proyectos populares que aspiraban a la “transformación social”. Surgen los grupos de alfabetización, espacios de clases de apoyo y talleres de formación política en espacios barriales.
Durante la última dictadura cívica, eclesiástica y militar, estos dispositivos fueron gravemente atacados con: desapariciones, destierros y cesantías de maestras/s, estudiantes, referentes institucionales y comunitarios. Hubo cierres de servicios educativos, anulación de propuestas metodológicas basadas en la pedagogía emancipadora; prohibición el desarrollo de clases grupales, imponiendo el aprendizaje basado en la enseñanza individualizada. Generaron el desamparo gremial, el congelamiento político-cultural de todas las potencialidades articuladoras y hacedoras de experiencias de cambio social. Excluyeron a vastos sectores sociales de los beneficios educativos a partir de no aperturar Escuelas y Centros, aun cuando la necesidad estaba presente; se prohibieron las publicaciones de textos académicos y líneas de investigación aplicada; se designaron planteles conducción y jerárquicos en la Educación de Adultos cuyo único propósito era controlar, cesar e invisibilizar a las y los actores y escenarios donde se llevaban a cabo los procesos educativos.
¿Qué pasa con la Educación para Jóvenes y Adultos/as en la actualidad?
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el gobierno porteño intentó cerrar las escuelas nocturnas de jóvenes y adultos/as bajo las premisas: planes de estudio anticuados, creación de nuevas ofertas, bajo nivel de terminalidad, baja matrícula. Esto provocó uno de los grandes conflictos que tuvo que enfrentar la docencia durante el 2018 en la Ciudad de Buenos Aires. En numerosas entrevistas radiales, la ministra Acuña declaraba que el cierre significaba una «ganancia» para docentes y estudiantes. Se dejaban cesantes a comunidades docentes de catorce (14) instituciones. En enero del 2019, luego de movilizaciones y distintas acciones de la docencia, se logró la derogación. Se trató de una victoria de la comunidad educativa. Aún hoy continúan realizando acciones de visibilización y de inscripción de estudiantes.
En la provincia de Mendoza ocurre en la actualidad una situación similar a la acontecida en Ciudad de Buenos Aires.
En los CENS de nuestra provincia, tambalea la continuidad del Proyecto Jóven, el que con 19 años de antigüedad brinda respuesta a estudiantes desde los 16 años, en la reinserción escolar, terminalidad y su preparación para insertarse en el ámbito laboral.
En Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, la Ley Nro. 1018 integra a la Educación de Jóvenes y Adultos/as como parte del Sistema Educativo Provincial, una de sus ocho modalidades, siendo su desarrollo en Centros Educativos de Nivel Secundario, Proyecto Jóven, Escuelas de Adultos, Centros de Formación Laboral, Bachilleratos Populares, incluyendo también diversas propuestas de Educación No Formal, escenarios que comenzaron su historia desde los años ’70, se fueron enriqueciendo dando diferentes respuestas a los sectores de la comunidad de la provincia.
Desde el SUTEF honramos el día de la Educación de Jóvenes y Adultos/as, saludamos a sus comunidades y apelamos a los gobiernos, a que se involucre a toda la docencia a protagonizar y participar de la construcción y crecimiento de esta modalidad, tanto en su organización curricular como su propuesta institucional.