Jorge Julio López fue secuestrado por primera vez en su casa en La Plata, la noche del 27 de octubre de 1976. Estuvo desaparecido 160 días hasta que fuera “legalizado” para permanecer 812 días detenido a disposición del Poder Ejecutivo Nacional en la Unidad Penal Nº 9 de La Plata, donde fue liberado el 25 de junio de 1979.
Julio fue secuestrado y desaparecido, en democracia, por segunda vez el 18 de septiembre de 2006, el día que se expondrían los alegatos en el juicio contra el represor genocida, Miguel Osvaldo Etchecolatz. Este juicio fue el primero que se realizó en el país luego de las declaraciones de inconstitucionalidad y nulidad de las leyes de impunidad de Obediencia Debida y Punto Final.
Cuando hablamos de un plan sistemático para desaparecer, secuestrar, torturar, violar, incluso robar, desde las pertenencias más elementales como un par de zapatos, una casa, una empresa y llegando a los extremos de apropiarse de la identidad de otra persona. Cuando estos actos son realizados por el propio Estado que además posee el monopolio del uso de la fuerza y lleva adelante acciones para eliminar de una Nación a un sector de la población que piensa de una determinada manera, con determinados valores y posicionamientos económicos, políticos y sociales es cuando hablamos de violaciones a los derechos humanos y de crímenes de lesa humanidad, de la instalación del terrorismo de estado en nuestro país.
Escribió en un cuaderno todos los horrores vividos durante esos años, detalló los centros clandestinos de detención en los que estuvo, los nombres de los secuestrados y secuestradas a los que reconoció y hasta donde pudo el derrotero que sufrieron sus compañeras y compañeros.
También dejó registro de nombres, apellidos y apodos de numerosos militares y de las torturas, fusilamientos y todo tipo de vejaciones a las que sometían constantemente a los secuestrados.
Brindó testimonio por primera vez en los Juicios por la Verdad en el año 1999 y fue desaparecido por segunda vez el 18 de septiembre de 2006, el día que se iban a exponer los alegatos de su querella en el juicio contra el ex Director de Investigaciones de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, Miguel Osvaldo Etchecolatz.
Los atentados a las y los testigos en los juicios de lesa humanidad no terminaron con el caso López aunque ningún otro llegó tan lejos.
Los ataques, secuestros y toda clase de amedrentamientos a testigos en diversos puntos del país nunca cesaron, “Cárcel común, perpetua y efectiva” es la única política de protección a las y los sobrevivientes al terrorismo de estado.
Jorge Julio López sufrió en plena democracia una nueva desaparición forzada vinculada al juicio Etchecolatz, en ese momento la Policía Bonaerense contaba entre sus filas con más de 9000 agentes que prestaron servicio durante la última dictadura militar, son incontables las irregularidades y sabotajes contra la investigación realizados por la bonaerense durante la causa, no faltaron tampoco las obstrucciones por parte del poder político, el Poder Judicial y la SIDE.
Memoria, Verdad y Justicia son pilares irrenunciables de la democracia argentina, debemos ser conscientes del peligro que implica para toda la sociedad que tanto dentro como fuera de los poderes del Estado argentino existan sectores que reivindiquen el terrorismo de estado como una forma de imponer condiciones y formas de organización al pueblo.
A 17 años de la segunda desaparición forzada de Jorge Julio López decimos: ¡El Estado es responsable! ¡Basta de impunidad! ¡Rompan el silencio ya, digan dónde está! ¡Juicio y castigo a todos los responsables!
Secretaría de Derechos Humanos SUTEF