Señor gobernador de la provincia de Tierra del Fuego AeIAS.
Señor ministro de educación de la provincia de Tierra del Fuego, AeIAS.
A la comunidad toda.
La palabra no es neutral
Entendemos que nuestro país atraviesa uno de los momentos más dramáticos y decisivos, solamente comparable en el plano económico, en la disputa en términos culturales, en términos de balances históricos, en términos de subjetividad social, a la última dictadura militar.
Tenemos absolutamente claro que el actual gobierno de la Nación no es producto de un golpe militar, claramente llegó por el voto democrático, pero resaltamos que actuaron en esta oportunidad otro tipo de dispositivo organizados, instrumentos políticos, coercitivos, por intermedio de los cuales, en los últimos tiempos, lograron la imposición de gobiernos antipopulares en la nuestra región.
A modo de ejemplo, esos instrumentos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), y quienes lo trajeron, junto a los medios hegemónicos que forman parte del poder económico y real de la Argentina, como así también lo ha sido en los últimos años, la Corte Suprema de Justicia de la Nación y los poderes que de ella se desprenden han influido de diversas maneras para arribar a la situación que hoy atravesamos.
Es importante decir que los errores, la falta de decisión política de enfrentar a los grupos concentrados, otorgándoles concesiones tras concesiones, y al mismo tiempo sumiendo durante más de 10 años a la clase trabajadora tanto registrada como no registrada en la pobreza, nos han traído hasta aquí. A su vez, es notorio que hay millones de trabajadores y trabajadoras registradas que no tienen derechos. Cuando no se resuelve a favor de las mayorías populares y no se les brinda solución a sus problemas esenciales -como el salario, la vivienda, la seguridad, la justicia, la educación, la salud, el acceso a los bienes comunes, entre otras cosas- no se puede pretender que quienes pertenecen a esa clase confíen en el gobierno.
Es un error haber convalidado sin beneficio inventario, sin investigar, sin deslindar responsabilidades, sin ir a fondo, con lo que significó el mayor endeudamiento de nuestra historia y la brutal fuga de divisas del último acuerdo con el FMI, que el gobierno de Mauricio Macri junto quien fue su ministro de economía y lo es en la actualidad, Luis Caputo, nos ataron a la lápida y a la extranjerización del manejo soberano de nuestra economía. Ese error lo pagaremos generaciones de argentinos y argentinas.
No haber resuelto los problemas más urgentes, las necesidades más angustiantes y no haber interpretado la nueva agenda que necesitan las grandes mayorías en nuestro país -ya que la agenda que fue la salida del 2001 se agotó y se necesitan nuevos objetivos, nuevos horizontes, nuevos desafíos porque establecieron nuevas necesidades en nuestra gente- nos arrojó a una situación extrema. No llegamos a esta situación por responsabilidad de la clase trabajadora y mucho menos por responsabilidad de la docencia.
Dicho esto, y dejando absolutamente claro que comprendemos cabalmente lo que sucede y habiéndolo advertido oportunamente en múltiples espacios, vale ahora ir a los puntos de polémica con el gobierno de la provincia.
Debemos decir, siendo respetuosos del resultado electoral, que nuestra organización llamó a manifestarse ni bien el presidente Milei anunció los 30 puntos del lapidario DNU esa misma noche, en el marco del derecho a la protesta garantizado por nuestra constitución. Rápidamente, sin dudar y sin especulaciones salimos a la calle de toda la provincia y de ahí al gran e histórico paro del 24 de enero no hemos dejado de enfrentar la brutalidad del ajuste del gobierno nacional.
Los objetivos de destrucción de nuestra Nación y en particular el ataque a la educación pública es innegable. Es innegable que la política que lleva adelante el presidente Milei atenta contra lo público, lo democrático y las mayorías populares.
Ahora bien, nos preguntamos:
- ¿Es posible cambiar la situación sin tocar los intereses de quienes ostentan el poder real?
- ¿Es cierto que a todos los sectores le va mal?
- ¿Es posible enfrentar esta situación sin variar el status quo, sin tocar ese status quo que nos trajo hasta acá?
Desde nuestra opinión claramente no, no a todos nos va igual en Tierra del Fuego AeIAS. En primer lugar, no todos los actores, no todos los sectores y mucho menos aquellos vinculados a la especulación financiera o inmobiliaria pueden asemejarse a la realidad de la mayoría de los trabajadores y trabajadores. A los terratenientes de múltiples actividades en la isla la vida les sonríe como hace 100 años cuando no existía el estatuto del peón; al modelo de turismo extractivista y expulsivo; ni hablar de las empresas vinculadas a los hidrocarburos o la industria electrónica, para la que su variable de ajuste son siempre sus trabajadoras y trabajadores. A esos sectores nunca les ha ido mal, nunca perdieron y como reza el gran dicho popular “se la llevan en pala”, para confirmar esto solo es necesario observar los balances de los últimos 5 años.
En ese sentido, hay que resaltar al que creemos que es el sector más sanguinario, porque juega y especula con los alimentos, con el plato de comida de los trabajadores y las trabajadoras: los famosos formadores de precio.
Son esos los sectores que hay que tocar. Debe hacerse impositivamente, deben aportar para que la población de Tierra del Fuego AeIAS deje de sufrir y ese cambio solo lo puede hacer el poder político -tanto el Ejecutivo como el Legislativo de la provincia- que hasta el momento solo buscó el consenso de la población para no tocar a los formadores de precio y pedirle a los sectores populares que aguanten el ajuste como única posibilidad.
Repetimos, la palabra no es neutral y tampoco es inocente.
Luego del único acuerdo salarial con el sector docente en el año 2023, vinieron 9 meses de decretos con sumas muy por debajo de los porcentajes de la inflación, produciendo una abrupta y lamentable caída del poder adquisitivo.
A pesar de esta situación, el gobierno de la provincia ofrece en paritaria recomponer el salario en tres tramos (entre los meses de enero, febrero y marzo). La última cuota se cobraría en abril y superaría a apenas el 30%, cuando las dos últimas mediciones de inflación dan cuenta de que en el primer bimestre tenemos un 50 % de inflación acumulada.
En este contexto, con el mandato explícito y público de la docencia fueguina, rechazamos la oferta.
La respuesta del gobierno, como consta en el acta de la última mesa paritaria es absolutamente clara: cierra la discusión salarial hasta el mes de marzo. A esto se le suma que el Ministro de Educación, Pablo López Silva, nos trató públicamente como intransigentes.
Tomando la definición de intransigente como “la condición de quien no quiere evitar o poner fin a un conflicto, cierto o eventual, mediante algún tipo de concesión”, entendemos que el Ministro elige el lugar más fácil para depositar la responsabilidad en quienes no la tenemos.
Es por esto que queremos decirle que no es ni el Secretario General del Sindicato Unificado de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación Fueguina, ni la docencia de la provincia, quienes somos intransigentes. La intransigencia es parte de nuestra realidad cotidiana cuando los aumentos son imparables, cuando la inflación acumulada hace que nos endeudemos cada vez más, cuando no se pueden pagar ni renovar los contratos de alquileres y por ende, decenas de familias de nuestros colegas, de nuestras compañeras y compañeros, han decidido volver a sus lugares de origen.
¿Qué quiere demostrar el señor ministro al señalar que nuestra organización es la única que no aceptó la propuesta salarial del gobierno? ¿Pretende encontrar empatía en la población y aislar el reclamo docente? ¿Qué debería haber hecho esta organización con un claro mandato de la docencia de rechazo a cualquier oferta de estas características para el señor ministro?
Es importante aclarar que las relaciones entre las patronales y el sector trabajador se establecen en un marco de paridad cuando el espacio de las paritarias funciona y sirve para que, en diálogo entre las partes, se busque una solución a los diferendos y por ende, producto de la negociación se encuentre un punto de acuerdo y a partir de ahí una solución.
Cuando ese diálogo es interrumpido por una de las partes, en este caso por la patronal que cierra la paritaria y procede a ejecutar su política a través de un decreto, no se puede hablar de paritaria abierta y mucho menos de paritaria libre. Más aún cuando no se ha intentado en ese marco la búsqueda del consenso y el acercamiento de las posiciones de las partes, poniendo en marcha alguna de las propuestas o pedidos de las y los trabajadores.
El solo argumento -sin certificación ni documentación- de que los recursos solo pueden afrontar determinado porcentaje de aumento y de determinada manera distribuirlo, rompe todo criterio de paridad y todo criterio de paritarias. No obstante eso, el sector docente seguirá luchando, pidiendo paritarias libres y que producto de estas dejemos de ser pobres en una provincia inmensamente rica.
Señores, gobernador y ministro, para diferenciarse de las políticas que ustedes critican deben tomar medidas no solo desde el plano discursivo. Sabe ustedes claramente que nuestra organización viene proponiendo desde el 2019 soluciones que el gobierno no ha adoptado para tratar los problemas cotidianos, esenciales y hasta estructurales.
Para dar mayor precisión podemos ir a la agenda docente presentada en Tolhuin en septiembre del 2019, donde advertíamos la crítica situación habitacional, el brutal endeudamiento con el que había llegado la docencia -producto de los tarifazos, los congelamientos de salario de los gobiernos de Macri y de Bertone- y donde además, proponíamos la apertura de la paritaria pedagógica para tratar los principales problemas del sistema educativo con el aporte invalorable de la docencia fueguina.
También planteamos la necesidad de descartelizar a los formadores de precios del alimento, de los bienes de uso y de consumo a través de un mercado concentrador y una empresa provincial de producción de alimentos de bienes de uso y de consumo. Hasta el momento ninguna de las sugerencias y propuestas del sector docente fue tomada en cuenta, nos sobran los ejemplos, algunos de ellos fueron la modificación en la recaudación a través de la tarifaria fiscal local, la implementación de un plan de inversión de producción de suelo urbano, el pago de alquileres, poner en funcionamiento gamelas para que transitoriamente las familias no tengan que emigrar nuevamente a sus lugares de origen y se puedan quedar a trabajar en las escuelas públicas fueguinas.
No queremos redundar en la cantidad de veces que hemos propuesto soluciones que nunca se han adoptado, todo lo mencionado anteriormente ha sido planteado en reiteradas ocasiones. Hace más de tres años que sostenemos que la docencia es pobre y no dejaremos de luchar hasta no revertir esta dura realidad.
Tampoco vamos a enumerar los méritos históricos que tienen la docencia fueguina y argentina, solo decir que desde hace más de 10 años -como mínimo- que la venimos pasando mal y por lo cual no se le puede pedir mayor sacrificio y mayor espera a nuestro sector.
Incluso podríamos decir que fue la docencia fueguina, que en el breve proceso de recuperación salarial, ha mostrado predisposición para poder acordar, discutir, debatir y buscar soluciones en las mesas paritarias, ya sea en el Convenio Colectivo de Trabajo o en las discusiones salariales, que no han sido fáciles, y sin embargo, se han sostenido desde el 2020 a la fecha.
Fue la docencia fueguina la que a través de mandatos, con el voto directo de cada docente de cada institución educativa, ha aprobado y/o rechazado las propuestas del gobierno para el sector, siempre mostrando la firme voluntad de dialogar y consensuar en función de buscar la mejora de las condiciones de vida y de la atención del sistema educativo público.
Nos sobra paciencia, pero también coherencia y al mismo tiempo tenemos historia. Hoy decir que la docencia es intransigente o que algún dirigente es intransigente, por no aceptar la caída en los últimos ocho meses de 500 dólares del poder adquisitivo -cuando tuvimos un pico de 766 dólares por cargo del maestro de tiempo simple y hoy está en 274- nos parece como mínimo injusto. Se intenta generar responsabilidades que ni la docencia ni su organización sindical tienen, buscando deslegitimar, desprestigiar y estigmatizar a nuestro sector.
Todas y todo tenemos responsabilidades. La de ustedes es en primer lugar convocar de manera urgente a la paritaria y no empujar a la docencia a un mayor sacrificio, sufrimiento y a un plan de lucha que impactará en toda la comunidad.
Creemos que no se puede educar sin dignidad, no se puede educar sin enfrentar las injusticias y tampoco podemos permitirnos que la caída en nuestro poder adquisitivo arrastre a nuestras jubiladas y jubilados a la pobreza, luego de haber entregado toda su vida a la educación pública.
Señores, gobernador y ministro, con $ 235.000 no se puede vivir en nuestra provincia. Por eso, una vez más, exigimos la urgente reapertura de la paritaria salarial, solucionar los problemas de larga data y no estigmatizar a la docencia fueguina que en los momentos más difíciles de la vida política, social y sanitaria de Tierra del Fuego AeIAS siempre dijo presente.
Delegadas, delegados y comisiones directivas
-seccionales y provincial- del SUTEF