El 25 de noviembre, Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra la Mujer, es un grito colectivo que exige justicia, memoria y acción frente a una de las violaciones más graves y persistentes de los derechos humanos de las mujeres y disidencias. La erradicación de la violencia de género es un imperativo democrático y ético, en tanto que la violencia machista es un fenómeno social y cultural.
Tal como manifestamos insistentemente desde el Sindicato Unificado de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación Fueguina (SUTEF), denunciamos que este gobierno neoliberal y ultraderechista es responsable por el alarmante aumento de femicidios y del constante y sistemático ataque contra mujeres y disidencias. Son responsables directos por eliminar y desfinanciar las políticas de género y cerrar órganos del Estado como el Ministerio de la Mujer, Género y Diversidades, a la par del constante ataque contra organizaciones transfeministas y los discursos misóginos que niegan las desigualdades de género y las violencias sistemáticas contra las mujeres y disidencias.
El gobierno de Javier Milei y sus funcionarios, como Mariano Cúneo Libarona o Patricia Bullrich niegan la existencia de la violencia machista y la especificidad de las violencias contra las mujeres y disidencias. Negar el femicidio como problemática específica es no solo un acto de irresponsabilidad política, sino también una forma de violencia simbólica. El negacionismo contribuye a la invisibilización de las víctimas, perpetúa la impunidad y legitima el statu quo patriarcal.
Según los informes recientes del Observatorio “Ahora que sí nos ven”, Argentina registra cifras alarmantes de femicidios y violencia de género: una mujer muere cada 36 horas. Los datos del observatorio y las denuncias de organismos de derechos humanos son contundentes: el femicidio existe, tiene causas estructurales y requiere respuestas diferenciadas. Minimizarlo o relativizarlo es violar derechos fundamentales.
Repudiamos enfáticamente toda forma de negación, relativización o justificación de la violencia de género, y exigimos responsabilidad a todo el arco político, porque sus discursos, acciones y decisiones tienen impacto directo en nuestras vidas.
En el Día Internacional para la Erradicación de la Violencia contra la Mujer, exigimos al gobierno de Javier Milei la reimplementación y fortalecimiento de todas las políticas públicas desfinanciadas, cerradas y vaciadas, la implementación efectiva de la Ley Micaela en los tres poderes del Estado, como único camino que garantiza el acceso a la justicia, la protección de las víctimas y la transformación cultural. Solo así podremos avanzar hacia una Argentina más justa, democrática, plural y libre de violencias.
¡Ni una menos!
¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos!
