Sindicato Unificado de Trabajadoras y Trabajadores de la Educación Fueguina (SUTEF) y su Centro de Formación y Estudios Pedagógicos (CeFEP) Simón Rodríguez organizaron el III seminario “Desde el fin del mundo al encuentro de las trabajadoras y trabajadores”, un espacio para el debate de ideas esenciales. Durante este evento, el periodista Jorge Giles presentó su libro, «El gaucho Rivero, padre de la causa Malvinas», publicado por Marea Editorial, una obra que recupera y reivindica un capítulo fundamental por la soberanía argentina en las Islas Malvinas.
La presentación del libro fue un encuentro de figuras comprometidas con la causa de la soberanía, quienes compartieron reflexiones y testimonios. En el panel de oradores, Giles estuvo acompañado por Daniel Guzmán, soldado combatiente de Malvinas, periodista y director del portal Agenda Malvinas; Horacio Chávez, soldado combatiente de Malvinas, condecorado por su «Valor en Combate» por su actuación en el último combate en el Monte Tumbledown; Silvina Gutiérrez, licenciada en Cs. Biológicas (UBA) quien integró el proyecto Pampa Azul, escribió varios libros referidos a Malvinas y es coautora del guion original del Museo Malvinas; y Horacio Catena, secretario general provincial de SUTEF, lo que subraya la importancia del tema para la comunidad educativa fueguina.
Daniel Guzmán destacó el trabajo conjunto con SUTEF en formación sobre la Cuestión Malvinas y el compromiso en defensa de la soberanía, resaltando la presentación del libro sobre la historia del Gaucho Rivero en la provincia. En ese sentido, fue contundente al señalar que la rebelión que encabezó no es conocida en la historia oficial que se enseña. «Pensaba en el rechazo absoluto que tenía hacia el colonialismo español, que lo había maltratado, y a su vez al colonialismo británico que había ocupado el lugar. Rivero tenía un respeto y una convicción con el objetivo revolucionario de 1810, ese espíritu cabe en un muchacho de 23 años y el resto de los paisanos», reflexionó e invitó a pensar que «sin ser diplomáticos ni expertos en relaciones internacionales, veían la soberanía en juego y se manifestaron echando -como tenemos que hacer acá en Malvinas y en Tierra del Fuego- a los británicos y el resto de los imperialismos». «Esto es soberanía, la educación es soberanía, el éxodo jujeño es soberanía, el rechazo de las invasiones inglesas es soberanía, la lucha emancipadora es soberanía y ahí tenemos que volver, no dejársela a la Cancillería», sentenció.
Silvina Gutiérrez valoró el libro de Jorge Giles, destacando el rol del autor como el primer director del Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur, «un museo que fue un orgullo para todas y todos, que contaba esta historia larga de Malvinas, esta historia que empieza en 1520 hasta la actualidad, museo que lamentablemente durante el macrismo y actualmente también fue desfinanciado, vaciado y cambiado incluso sus contenidos» manifestó, explicando que durante el macrismo se llegó a sacar la línea del tiempo las invasiones inglesas o incluso la Resolución 2065 de la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptada el 16 de diciembre de 1965 que reconoce el reclamo de soberanía de Argentina sobre las Islas Malvinas.
«Lo digo desde el alma, es un orgullo estar acá» afirmó Jorge Giles al inicio de su exposición, explicando la importancia del libro como un instrumento crucial para reflexionar sobre la identidad y la soberanía nacional, en un contexto donde el colonialismo británico consolida la usurpación de territorio argentino con un gobierno nacional que implementa una política desmalvinizadora y promueve acuerdos que ceden soberanía y subordinan nuestros intereses estratégicos.
La obra narra la historia de Antonio Rivero, quien lideró a un grupo de peones y gauchos que se rebelaron contra la ocupación británica de las Islas Malvinas en 1833. A pocos meses del despojo territorial, Rivero y un pequeño grupo de patriotas se enfrentaron a los invasores con herramientas de trabajo convertidas en armas, arriaron el estandarte británico y izaron la bandera de Argentina. A través de un relato minucioso, el autor no solo rescata la figura de Rivero, sino que también revela antecedentes cruciales de la usurpación y expone el compromiso silencioso de los hombres que se quedaron a defender el territorio.
Durante la presentación, Giles enfatizó la necesidad de reubicar a Rivero en el lugar que le corresponde en la narrativa histórica, alejándolo del olvido. «No es una nota al pie de la página, es una nota sustantiva de la historia de Malvinas,» afirmó.
Giles expresó su deseo de que la figura de Rivero sea tan emblemática en Tierra del Fuego AeIAS como un símbolo de bienvenida: «A mí me gustaría que algún día, cuando uno llegue a Tierra del Fuego, en lugar de verlo al petiso orejudo, lo encuentre al Gaucho Rivero abrazándome y diciéndome ‘Bienvenido a mi tierra’, porque si Ushuaia es la Capital de Malvinas, es la capital del Gaucho Rivero».
El autor planteó que la historia de Rivero no como un relato nostálgico o una leyenda del pasado, sino como una presencia viva y relevante para el presente. «El Gaucho Rivero tiene que estar entre nosotros y esa es la obligación patriótica que tenemos todas y todos,» instó Giles, subrayando que su memoria debe ser un acto de reivindicación de la soberanía.
«Esto que estamos haciendo ahora es la memoria popular, es la memoria histórica de los argentinos, eso es la causa Malvinas» afirmó, reivindicando la defensa de la soberanía que realizan los soldados excombatientes y SUTEF, «me parece que nosotros como maestros, como maestras, como argentinos, como argentinas, nosotros como laburantes -más allá del oficio que cada uno de nosotros tenga- tenemos que recuperarlo al gaucho, «lo dejamos solo durante dos siglos ya».
El secretario general de SUTEF sostuvo que debe «haber un compromiso de este seminario de que el Gaucho Rivero va a estar entre nosotros en cada una de las escuelas, de los jardines, de los secundarios, nuestros hogares y barrios. Tenemos que recuperarlo e instalarlo».
Para concluir la presentación, Horacio Chávez instó a la docencia a llevar la historia de Rivero a las aulas fueguinas y criticó con dureza a la dirigencia política nacional y local al señalar que en la provincia hay un radar inglés de la OTAN. Fue tajante con el gobierno nacional, «ha faltado el respeto a la historia de nuestra nación teniendo cuadros detrás a una criminal de guerra como Margaret Thatcher, y parece que a ningún argentino le incomoda» y recordó los vergonzantes tratados de Madrid I y II y el acuerdo Foradori-Duncan.
«Les puedo asegurar con nombres y apellidos que hubo muchos Gauchos Rivero enfrentando a la principal potencia del mundo, que se jactaban de profesionales de última generación» afirmó Chávez recordando con emoción a Juan Carlos Dávalos, Diego Ferreira y Augusto Silva.