La Escuela Especial N° 1 “Kayú Chénèn” de la ciudad de Ushuaia este seis de abril cumple 38 años y una vez más, como a lo largo de su historia, es objeto de abandono por parte de aquellos que deben procurar el cumplimiento de las leyes y derechos que amparan a las y los estudiantes con discapacidad.
El transporte que debe encargarse de trasladar 40 estudiantes desde sus hogares a la institución, es sumamente deficiente e insuficiente. Existen tres vehículos que deberían ocuparse, uno de ellos adaptado -es el que permite el traslado de las y los estudiantes que se desplazan en sillas de ruedas- y los dos restantes son vehículos convencionales. A esto se suma que uno de los vehículos sufre averías frecuentemente y las otras dos prestan un servicio tercerizado. Además, cada una pertenece a un ente público diferente: la Unidad de Atención Integral a Personas con Discapacidad (UATID) al Ministerio de Salud y a la Dirección Provincial de Modalidades.
Esta situación no solamente afecta a la Escuela Especial sino a otras instituciones como el Centro de Actividades Alternativas para Personas con Discapacidad (C.A.A.D) que no cuenta con el servicio en el turno mañana.
Es relevante mencionar que los horarios del servicio de transporte en ocasiones no coinciden con los horarios de los y las estudiantes y esto provoca que muchos y muchas de ellas no puedan completar la jornada escolar. Otros y otras no lograron comenzar el trayecto educativo debido a que no hay disponibilidad.
Así mismo, la Escuela Especial no dispone del servicio de comedor, por lo tanto, aquellas familias que no tengan la posibilidad de llevar a sus hijas e hijos a almorzar deben optar por un solo turno.
Abundan las normativas que garantizan los derechos al traslado, la educación y los tratamientos de las personas con discapacidad pero en la práctica siguen siendo víctimas de múltiples y agravadas situaciones de discriminación, impidiendo su libre participación y afectando negativamente en su calidad de vida.
Desde nuestra organización, repudiamos enérgicamente la situación que atraviesan los y las estudiantes. Exigimos a las autoridades que se revierta a la brevedad y que, de una vez por todas, entendamos la enorme deuda que tenemos con las personas con discapacidad para que el término inclusión sea el reflejo de una sociedad más justa e igualitaria.