Sólo tres meses han pasado desde el trágico fallecimiento de Karina Moyano (ver nota), docente de nivel inicial que residía en la provincia de Córdoba y fuera víctima de acoso y maltrato laboral por parte de la directora del jardín de infantes donde trabajaba.
Hoy volvemos a escribir sobre la misma problemática y las trágicas consecuencias que puede producir a quienes padecen este tipo de maltrato en sus lugares de trabajo.
Silvana Valdivia era docente de tecnología en una escuela primaria en la provincia de Córdoba, el pasado 3 de noviembre estaba en su lugar de trabajo, sintió un fuerte dolor de cabeza acompañado de agotamiento y cansancio extremo, luego de firmar el permiso para retirarse de la escuela se desplomó en el piso como consecuencia de un ataque cerebrovascular (ACV) irreversible que finalmente se cobrara su vida.
Días después de su fallecimiento, su hija denunció las situaciones de maltrato que sufría cotidianamente su madre en su lugar de trabajo. El testimonio es lapidario, desde el 2019 su mamá no quería ir a trabajar, sentía miedo por el extremo control que ejercía la vicedirectora de la escuela en la que trabajaba. El hostigamiento y la persecución eran continuos, y no cesaban al finalizar la jornada laboral, ya que los mensajes de WhatsApp extendían el sufrimiento de Silvia hasta cualquier hora del día.
Desde que asumió el cargo la vicedirectora, se le bajó el concepto profesional a Silvia (quien contaba con una muy buena trayectoria laboral en esa escuela y en otras instituciones), se le cuestionó constantemente sus prácticas y se le exigió un sin fin de documentos administrativos.
Por lo tanto, nos resulta importante no naturalizar situaciones que pueden ir desde sufrir descalificaciones personales o profesionales hasta soportar gritos por parte de un/a colega y/o un miembro del equipo directivo.
Lamentablemente, el abuso, el maltrato y hostigamiento dentro de los ámbitos laborales son una realidad cada vez más frecuente en las instituciones educativas, como resabio de viejas prácticas autoritarias, como repetición de viejos modelos organizativos y/o por falta de concientización y de capacitación para poder identificar y corregir dichas prácticas.
También observamos que frente a la crisis socio-económica actual las situaciones de persecución y hostigamiento se agravan, ya que a lo anteriormente expuesto, se suma la sobrecarga laboral necesaria para generar un ingreso que nos permita subsistir. La cual trae aparejada, a su vez, consecuencias negativas dentro del proceso de enseñanza aprendizaje y afecta directamente a la calidad educativa.
➡️ Desnaturalicemos el maltrato
➡️ Rechacemos el acoso laboral
➡️ Exijamos respeto por nuestros derechos laborales