Carlos Fuentealba ¡Presente!¡Ahora y siempre!

Hace dieciséis años estábamos en las calles protestando en el Ministerio de Educación por paritarias, hace dieciséis años llegaba desde Neuquén una noticia que nos estremecía … la policía de Neuquén había fusilado por la espalda al compañero y maestro Carlos Fuentealba que protestaba junto a la docencia en la ruta. 

El 4 de abril del 2007 fue un día que quedó guardado en la memoria colectiva de la docencia y marcó el camino de lucha contra la impunidad del crimen de Estado contra un maestro, para que nunca más se manchen de sangre las tizas en la Argentina.

Son dieciséis años de lucha contra la impunidad, dieciséis años en los que se logró la condena del cabo Darío Poblete, autor material del crimen, y de la cúpula policial y jefes del operativo que instrumentó el ex gobernador Jorge Omar Sobisch para reprimir a la docencia que protestaba por aumentos salariales.

Son dieciséis años en los que exigimos cárcel al ex gobernador Sobisch, a quien la “justicia” protege y le garantiza la impunidad. Pero no hay escarmiento que alcance para frenar la lucha por justicia, seguimos dando una clase magistral para terminar con la impunidad.

¡CARLOS FUENTEALBA PRESENTE!

4 de abril de 2007

Aquel día, la docencia de Neuquén se encontraba en las calles realizando dos cortes de ruta  con la idea de visibilizar el conflicto salarial que llevaba más de un mes. 

El entonces gobernador de la provincia, Jorge Omar Sobisch, había ordenado el despliegue de un mega operativo junto al Grupo Especial de Operaciones Policiales, el Departamento Seguridad Metropolitana y la Dirección de Bomberos que asistía con un carro hidrante en la ruta 22, en cercanías a Arroyito.

Cabe mencionar que el entonces gobernador había lanzado su candidatura a presidente un tiempo atrás y que ya contaba con episodios de represión a comunidades mapuches y sindicatos. 

La policía cumplió la orden de Sobisch, desplegando una brutal represión con balas de goma, gases lacrimógenos y el carro hidrante contra la docencia que se encontraba en huelga y movilización, que se dispersaba y resguardaba como podía.

Cuando la docencia se retiraba de la ruta hacia la ciudad de Senillosa, la policía provincial y fuerzas especiales reprimieron la caravana de autos. Durante esa represión, el oficial José Darío Poblete disparó una granada de gas lacrimógeno hacia el Fiat 147 en el que viajaba el maestro Carlos Fuentealba, impactando en su nuca e hiriéndolo de muerte.

¿Cuáles eran los reclamos que llevaba adelante el sindicato docente? Recomposición salarial, pase a planta de auxiliares de servicio que trabajaban de manera precarizada, el 82% móvil para quienes se jubilaran, mejores condiciones edilicias y de enseñanza-aprendizaje. En definitiva, la lucha docente a favor de una Educación Pública de calidad y en contra de las políticas neoliberales de ajuste.

Justicia por Carlos Fuentealba

Con la lucha, en el 2008 se consiguió la condena a cadena perpetua, por el cargo de homicidio calificado, a José Darío Poblete, el cual cuenta con el beneficio de salidas transitorias. Ésta condena avalaba la idea de que el único responsable es el autor material del asesinato, cuando en realidad fue un plan organizado y controlado por el mismo gobernador de la provincia, lo que constituye una clara violación a los Derechos Humanos.

Luego de años de exigir justicia completa (Caso Fuentealba II) el 17 de marzo de 2023 se logró condenar a la cúpula policial a cargo del operativo (originalmente eran 15 los imputados y se redujeron a 8): Carlos Zalazar (ex jefe de la policía de Neuquén), Moisés Soto (ex subjefe de la policía de Neuquén), Adolfo Soto (superintendente de seguridad metropolitana), Mario Rinzafri (director de seguridad a cargo del operativo represivo) y Jorge Garrido (jefe del departamento de seguridad metropolitana) por los delitos de “abuso de autoridad” y el policía Benito Matus fue hallado responsable de “abuso de armas”. Cabe recalcar que estas imputaciones tienen condenas de 2 años aproximadamente y son excarcelables.

Para finalizar, el caso del docente Fuentealba nos ayuda a recordar lo que sucede con los gobiernos que no tienen como prioridad en su agenda los Derechos Humanos y que fácilmente utilizan como respuesta a las protestas y reclamos sociales el uso de la represión a manos de las fuerzas de seguridad. Gobiernos que suelen recurrir a la persecución penal contra aquellos y aquellas que se comprometen con la lucha por causas que consideran justas y por más y mejores derechos, en su mayoría delegados y delegadas sindicales, desocupados y obreros. De esta forma  falsean y tergiversan la aplicación de leyes punitivas como una herramienta más del control social ejecutado, con la obvia intención de desarticular las protestas populares. La criminalización de la protesta social constituye un dispositivo de disciplinamiento social que busca evitar las luchas en curso y por futuras, y es una clara violación de los Derechos Humanos en contexto de democracia.

El Estado quien debe protegernos, como establece la Constitución Nacional, utilizó mecanismos represivos y de disciplinamiento en contra las trabajadoras y trabajadores. Nos parece fundamental poder contar, desde una perspectiva de derechos humanos y de la pedagogía de la memoria, quién fue Carlos Fuentealba, cuál fue su lucha, quiénes y por qué lo asesinaron. 

Invitamos a la comunidad educativa a abordar el pasado reciente en las aulas de nuestras instituciones, manteniendo viva la memoria de Carlos. Invitamos a pensar metodologías, acciones y propuestas como collages, dibujos, lecturas de poemas, realización de murales, representación artísticas, etc.

Secretaría de Derechos Humanos
SUTEF

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