Es una vergüenza que una Secretaria de Derechos Humanos esté a favor de judicializar la protesta realizada por los docentes en mayo. Más vergonzoso aún es que haya sido parte activa y militante gremial del mismo sector docente que está siendo acusado y perseguido por un Gobierno que ha perdido toda cordura. Ya no pueden discriminar entre opresores y oprimidos. Han abandonado el espíritu de clase trabajadora comportándose, aún peor, que los verdaderos opresores. Han asumido su postura de “adherencia” al opresor, como lo explica Paulo Freire; actúan tal como el peón que es ascendido a capataz y suele tener con sus antiguos compañeros, actitudes aún más rudas que las del patrón.
Señora Nélida Belous, excompañera, ahora opresora, le recordamos sabias palabras del pedagogo Paulo Freire, tal vez no las entienda, pero hagamos el esfuerzo: “Toda situación en que, en las relaciones objetivas entre A y B, A explote a B , A obstaculice a B en su búsqueda de afirmación como persona, como sujeto es opresora. Tal situación, al implicar la obstrucción de ésta es, en sí misma, violenta…Una vez establecida la relación opresora, está instaurada la violencia…¿Cómo podrían los oprimidos iniciar la violencia, si ellos son el resultado de una violencia?…… Son los que oprimen, quienes instauran la violencia; aquellos que explotan, los que no reconocen a los otros y no los oprimidos, los explotados, los que no son reconocidos como otro, por quienes los oprimen…” (Freire, “Pedagogía del Oprimido”).