
Desde el Sindicato Unificado de Trabajadoras y trabajadores de la Educación Fueguina, SUTEF, recordamos a Víctor Choque a 30 años de su asesinato a manos de la represión ordenada por el exgobernador José Arturo Estabillo durante una jornada de paro general en el que miles de trabajadoras y trabajadores se manifestaban en solidaridad con los obreros y obreras de Continental Fueguina y exigiendo la liberación de las personas detenidas.
Víctor fue el primer muerto por la represión estatal en contexto de protesta social desde el retorno de la democracia en nuestro país en 1983, herido de muerte por una bala de plomo disparada por el policía Félix Polo.
Tanto el gobierno de Carlos Menem como el de José Estabillo son responsables al hacer pasar el ajuste propio del modelo neoliberal a nivel nacional y local a través de las fuerzas represoras.
Ninguno de ellos rindió cuentas por las responsabilidades políticas que les correspondieron.
Resistencia al modelo neoliberal en Tierra del Fuego AIAS
Para Semana Santa de 1995, las trabajadoras y trabajadores de Continental Fueguina permanecían dentro de la planta fabril para evitar el vaciamiento, exigir el pago de los salarios adeudados e indemnizaciones tras el cierre de la empresa.
El 11 de abril, con una orden judicial del juez Tenaillon y con la autorización del ministro de Gobierno Fulvio Baschera, la policía desalojó violentamente la fábrica y reprimió ferozmente a las trabajadoras y trabajadores metalúrgicos, quienes se encontraban fuera de la planta, tomados de las manos en muestra de unidad, acompañados por obreras y obreros metalúrgicos de otras fábricas, en una clara muestra de lo que significa la solidaridad de clase.
Luego de estos hechos, el gobernador Estabillo y el vicegobernador Castro dieron un mensaje por televisión que enardeció a la población, por lo que cientos de personas se volcaron a las calles esa noche hasta la Casa de Gobierno, donde la represión se desata nuevamente con total brutalidad. A esta altura, ya había varios detenidos.
Se decretó un paro general provincial para el día siguiente, y manifestantes de Río Grande viajaron a Ushuaia el 12 de abril para acompañar el reclamo y repudiar la represión. En respuesta, durante esa noche llegarían gendarmes desde Buenos Aires enviados por el gobierno nacional para reforzar el operativo porque, como bien lo sabe el pueblo obrero, la única forma de asegurar el saqueo, la entrega de la soberanía y el fortalecimiento del modelo neoliberal entreguista es a través de balas, palos y gases.
Durante la tarde de ese día, la violencia de la policía se repitió, con la misma saña, con gases y balas de plomo. Por la tarde, Félix Polo disparó su arma reglamentaria y mató a Víctor. Aproximadamente 30 personas resultaron heridas esa tarde.
Pasado y presente
A 30 años de aquel fatídico día, es imposible mirar hacia atrás y no reconocer las similitudes en el presente. En primer lugar, porque somos el pueblo trabajador quienes siempre pagamos las consecuencias del neoliberalismo salvaje que se instala a costa de la entrega de nuestras tierras, nuestros bienes comunes naturales y de las empresas del Estado. Y lo pagamos con el hambre de nuestras hijas y nuestros hijos, y más de una vez con sangre obrera.
También sabemos, porque el pasado reciente lo demuestra, que esas recetas económicas tienen fecha de caducidad y que el aparente ordenamiento económico más temprano que tarde se resquebrajará.
La transformación de la matriz económica industrial a una turística en Ushuaia respondía a los intereses de ciertos grupos económicos, hecho que luego se demostró con la Ley Nro. 460 que permitió el saqueo de las cajas de previsión social de las y los estatales para financiar al empresariado turístico.
A nosotras y nosotros nos toca resistir, tal como en aquellos días de 1995, para defender nuestros derechos, por recuperar lo perdido y por avanzar hacia nuevas reivindicaciones. Pero, también, tenemos la obligación de mantener la memoria colectiva, de recordar los nombres de quienes saquearon, endeudaron, malvendieron y entregaron los recursos y bienes comunes naturales que pertenecen al pueblo argentino.
A su vez, debemos recordar acontecimientos como este, que forman parte de la historia del movimiento obrero y que los sectores concentrados del poder intentan borrar de la memoria para aislarnos, pero que son los que nos permiten fortalecernos, resistir y avanzar hacia la conquista de los derechos que la democracia nos adeuda.
Polo apretó el gatillo, Estabillo dio la orden.
A 30 años de su asesinato ¡no olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos!
Víctor Choque ¡Presente!