Hace 28 años el gobierno de José Arturo Estabillo asesinó a un trabajador que se manifestaba en solidaridad con las obreras y obreros de Continental Fueguina que habían sido reprimidos y desalojados un día antes de la ocupación pacífica en la fábrica.
Víctor no estaba solo, las calles de Ushuaia estaban llenas de personas convencidas de que la movilización popular era el camino de lucha para conseguir que el gobierno de Estabillo escuche el reclamo legítimo de las obreras y obreros despedidos.
Víctor Choque se convirtió en el primer trabajador asesinado en una protesta social desde la vuelta a la democracia en 1983. El gobierno de Carlos Saúl Menem y el Gobernador José Arturo Estabillo (Movimiento Popular Fueguino MoPoF) fueron responsables del asesinato de un obrero, uno de miles que desde hacía un tiempo resistían los despidos, las privatizaciones, la destrucción de las industrias junto con el vaciamiento de los servicios públicos y la entrega de recursos naturales y minerales a empresas extranjeras.
Aquel 12 de abril la represión fue feroz, era urgente desarticular a las trabajadoras y trabajadores que se habían organizado para resistir las políticas neoliberales que hambrearon y continúan hambreando al pueblo argentino. Hace décadas que resistimos las mismas políticas que provocan la pérdida de derechos laborales en nombre de la competitividad que exigen los mercados, la entrega de nuestros recursos minerales y naturales a empresas privadas con el justificativo de ser las únicas que garantizan niveles suficientes de ganancia, el desprestigio de la educación publica, laica, gratuita y obligatoria a favor de la educación privada, como así también el vaciamiento del sistema público de salud para convertir en un negocio lo que debe ser un derecho humano básico.
Fue, es y será la clase trabajadora la responsable de tensionar a la dirigencia política en favor de recuperar la soberanía popular sobre el territorio, los recursos minerales, naturales y humanos que posee nuestro país, pero que desgraciadamente los sectores concentrados de la economía junto a los sectores políticos vinculados al neoliberalismo económico se han encargado de mal vender o directamente entregar a empresas extranjeras que se ocupan de explotar y saquear.
El 12 abril de 1995 el pueblo fueguino estaba en la calle, Estabillo dio la orden de reprimir y desalojar las calles de Ushuaia y, para garantizarlo, desde nación enviaron 300 gendarmes que participaron de la brutal represión descargada sobre las y los manifestantes. Al accionar de la gendarmería y la policía provincial hay que sumarle el silencio cómplice de gran parte de la clase política, la impunidad que garantizó el poder judicial que solo condenó a los policías Felix Polo (9 años de cárcel autor material del asesinato), Rafael Lopez y Carlos Flores (condenas menores) y no juzgó ni al gobernador ni a ninguna autoridad política de la nación ni de la provincia.
Ni la dictadura, ni los gobiernos más conservadores, ni la represión policial o la criminalización de la protesta han logrado frenar a las trabajadoras y trabajadores organizados en las calles.
Hoy, frente a la amenaza del avance de gobiernos de derecha, recordamos la importancia y transcendencia de la lucha social y sindical para el logro de más y mejores derechos para todos y todas.
NO PASARÁN ¡VÍCTOR CHOQUE PRESENTE!