El 20 de noviembre se cumplen 177 años de la batalla de la Vuelta de Obligado, suceso por el cual se conmemora el Día de la Soberanía Nacional. Dicha batalla consistió en un enfrentamiento entre la Confederación Argentina y una flota anglo francesa que intentaba controlar la navegación de los ríos interiores. En ese momento Juan Manuel de Rosas estaba a cargo de las relaciones exteriores de la Confederación, era gobernador de la provincia de Buenos Aires y fue quien estuvo a cargo de la resistencia con el respaldo del general José de San Martín.
El general Lucio Mansilla estuvo al frente de esta resistencia ordenando desplegar cañones a lo largo del río Paraná a la altura de San Pedro e instaló tropas constituidas en su mayoría por gauchos. De ésta resistencia formaron parte mujeres como Petrona Simonino.
Si bien el combate finalizó con la victoria de la flota anglo francesa, ésta fue resistida con hostilidad por el pueblo y los productos ofrecidos para el intercambio comercial fueron rechazados. Años más tarde, tanto el Reino Unido como Francia pusieron fin al bloqueo del puerto de Buenos Aires y reconocieron la soberanía de la Confederación Argentina producto de la lucha y resistencia popular.
El concepto de soberanía fue tomando diversos hechos como referentes de su significado a lo largo de la historia. Eventualmente y con el tiempo la idea de soberanía se hizo extensiva no solo a la defensa del territorio sino a la autonomía política y económica, y durante el siglo XX se la vinculó con la incorporación de nuevos derechos referidos a la soberanía popular. Actualmente podemos utilizar dicho término para hablar, por ejemplo, de soberanía alimentaria y agroecológica.
La Vuelta de Obligado fue una acción respetada en su momento porque plasmó la idea de la no injerencia de fuerzas extranjeras en el continente, es decir, tuvo importancia para nuestro país y el resto de América. Quizás lo más interesante sea pensar el concepto de soberanía, no ligado exclusivamente a un solo hecho o acontecimiento, sino en permanente cambio y unido inexorablemente, por un lado, a la lucha popular, y por el otro, a la posición política y económica que nuestro país busca tener en Latinoamérica y el mundo. Otra forma de pensar la soberanía es a escala latinoamericana, reconocernos como países unificados por valores, intereses y problemáticas.
En nuestra provincia se libró una guerra que puso y sigue poniendo en jaque nuestra soberanía territorial, política y económica. Preguntarnos qué es la soberanía hoy y cómo luchar para conquistarla es una tarea educativa que como docentes tenemos la responsabilidad de llevar adelante. La educación es el camino para que nuestros y nuestras estudiantes comprendan por qué luchamos, y para que entre todos y todas podamos exigir políticas de estado que den respuesta a nuestros reclamos.
Secretaría de Derechos Humanos
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